Beca CREA 2021 de Fundación Caja de Burgos
La hora del Papamoscas
Cuando Martín Barriuso, el Papamoscas, consigue la condicional, solo piensa en aprovechar al máximo su libertad, hacer dinero y vengarse de los miembros de su banda que vivieron su vida mientras él se comía a pulso catorce años enchironado. De todos menos del Gallego, que apareció calcinado junto a unas vías del tren mientras Martín disfrutaba de un permiso penitenciario. Pero el regreso a su barrio y a las caras de siempre sacudirán el mundo hostil e implacable que ha planificado durante tantos años a la sombra.
El Papamoscas volverá a los bares de su juventud, a reencontrarse con su familia rota y con una Sandra que ha logrado salir de la heroína, con dos ideas fijas: vengarse y recuperar los años perdidos. Y para lograr ese dinero que le garantice la jubilación está dispuesto a todo: trabajos de protección, vuelcos a narcotraficantes o alunizajes. Y no dudará en recurrir a los contactos que se ha granjeado en la cárcel.
«Hace que uno se sienta como si estuviese junto a un maleante en los peores antros de Burgos […]. En la prosa de Ramón Lozano encontramos el estilo furioso de los mejores autores estadounidenses de novela negra». (David López Cabia, escritor)
En los medios de comunicación
Diario de Burgos
Empatizar con el villano del cuento
Ocho Magazine
Entrevista en ‘Ocho Magazine’, con Eneka Moreno, de La 8 burgos
El Correo de Burgos
Una novela negra muy pura y burgalesa
Presentación oficial de ‘La hora del Papamoscas’
En el Museo de la Evolución Humana
Onda Cero Burgos
Entrevista en ‘Más de uno Burgos’,
con Fuencisla Criado
Cadena Ser Ávila
Castilla y León también novela crímenes. Entrevista en ‘Literatura en corto’, con Luis Sánchez y Pablo Garcinuño
Diario de Ávila
De Burgos a Benidorm, con parada en Ávila
8 Magazine
Entrevista en ‘8 Magazine’, con Eneka Moreno, de La 8 Burgos
Diario de Burgos
Drogas, canallas y la noche en Benidorm
Finalista del Premio Bellvei Negre 2019
Solo las palmeras brotan bien
Cuando Jaco y Lázaro se encuentran un kilo de cocaína en un descampado, para darle salida, recurren a un viejo amigo del negocio de los ‘stripteases’, que ahora se encarga de un pub del paseo marítimo de Benidorm. Además, Lázaro necesita protección por haberse metido en las sábanas equivocadas.
Tras el alijo vienen las complicaciones. Estas tiene forma de irlandesa beoda a la que el protagonista conoce durante un festival de bajo coste, un mafioso italiano que no rechaza unas morcillas de Burgos, unos croatas sin escrúpulos cabreados porque uno de los suyos ha aparecido muerto en un descampado, un guardia civil investigado por sus compañeros por sus tejemanejes y un abuelo que se persona en el lugar más inapropiado.
Una narración en primera persona con ecos del cine de Guy Ritchie o Quentin Tarantino y de las novelas más jóvenes de Bret Easton Ellis o José Ángel Mañas.
Los lectores opinan
Nunca me habría comprado ni leído este libro si no llevara el nombre del autor que lleva. Sé cómo escribe, y no dudaba que iba a gustarme cómo lo contaría. Y así ha sido. No solo eso, sino que me he reído, me ha encantado el final.

Paula Velasco
En Goodreads
Me enganchó desde la primera página por su estilo rompedor con cantidad de diálogos rápidos de leer… Vaya, que me la tuve que leer del tirón.

Marta y punto
En Amazon
Descatalogado
«Conserva ese estilo de Dashiel Hammet o los grandes autores de literatura negra».
Podía ser otro detective privado más que acepta el caso de la desaparición de un joven con tentáculos en la noche madrileña. Pero no.
Suso Royuela tiene un pasado. Resuelto a hostias en muchas ocasiones. No se lamenta de sus malas decisiones, pero no olvida. Con la herencia de su madre dilapidada, está solo. O casi. Porque tiene un amigo, su antiguo jefe, Íñiguez, recién ascendido a mandamás de la Policía Judicial. Y también está Deisy, una prostituta colombiana. Con ella tiene algo.
También tuvo otras historias. Historias que gestionó a su manera. Y, ahora, el dinero no viene mal y Suso es hombre de acción. Se quiere tomar un descanso, pero unos cuantos parecen empeñados en poner a prueba su paciencia.